Llegaba como caido del cielo el Viernes Santo 2013, nunca mejor dicho ya que amanecía una madrugada pasada por agua donde las Hermandaddes y Cofradías de todo el oeste andaluz tomaban la drástica decisión de no salir a la calle a riesgo de empañar su Estación de Penitencia, y la que decidía hacerlo terminaba humedecida. Avanzaba la noche.
El mismo viernes por la mañana no daba tregua el agua pero la ilusión de cientos de personas permanecía intacta ante la brillante mirada de los niños en la casa Hermandad donde se aglutinaban hermanos y devotos a la espera de acontecimientos. Comenzaba a abrir el día.
La tarde se pasó con la liturgia propia del día en la Parroquia de Santiago Apóstol donde con meditación y recogimiento se celebraron los Santos Oficios dirigido por el cura párroco de la localidad y director espiritual de la Hermandad D. Roberto Abeja Cortés. Se abría una luz de esperanza.
Se acercaba la hora de la Salida Procesional mientras costaleros y costaleras se fajaban, mantillas se retocaban, nazarenos terminaban de ataviarse,... los músicos llegaban. Todo estaba listo.
Las candelerías de los tres pasos que saca a la calle nuestra Hermandad estaban en su máximo apogeo, el exorno floral en pleno florecimiento cuando se reunía la Junta de Gobierno en la sacristía de la Parroquía para tomar decisiones consecuentes a los últimos partes meteorológicos recibidos. Aunque se presagiaba lo peor, la expectación en el interior del santo templo y en los aledaños permanecía inmune ante los rostros de curiosos y fieles a la Cofradía. Tras la pertinente deliberación se comunica a todos los presentes que se solicita media hora de moratoria al Consejo de Hermandades y Cofradías de Gibraleón. Cualquier cosa era posible.
Treinta minutos después y con puntualidad británica emitió la Hermana Mayor por los altavoces del templo que la Junta de Gobierno había decidido no realizar la Estación de Penitencia este año 2013 ya que el último parte meteorológico daba un intervalo sin precipitaciones de dos horas, tiempo insuficiente para que todo el cortejo pudiese nisiquiera resguardarse en ningún sitio, mucho menos realizar cualquier tipo de recorrido alternativo. Así fue, llovió a las 23:00h.
Hermanos y devotos lamentaban la decisión y se resignaban en llantos que se escuchaban por toda la Parroquía. Lágrimas que salían desde dentro del corazón y que mojaban caras de trizteza tanto de niños como de mayores. Los sones musicales los puso la Banda de Carrión de los Céspedes (Sevilla) a modo de consuelo hacia todos, saeta de nuestra vecina olontense,... Quitapesares hacían unos de otros.
Belleza y elegancia serían las palabras para describir como estaban los pasos engalanados de esta Hermandad de Viernes Santo. Cuando alguno de los presentes fijaba de nuevo la mirada en ellos volvía a resurgir las lágrimas en sus rostros palpando que existía una tranquilidad interior que le decía:
"el año que viene volveré a verte con más ganas e ilusión si en mi pecho cabe"
Calmados.
Desde estas líneas nos gustaría dar las gracias a todas aquellas personas que desinteresadamente han colaborado durante todo el año para que este día todo estuviese brillando en su máximo esplendor. Sin vuestra ayuda nada tendría sentido. Juntos hacemos Hermandad.
Gracias a la Real, Ilustre y Venerable Hermandad Sacramental y Capitular de Ntro. Padre Jesús de las Cadenas, Stmo. Cristo de Jerusalén y Buen Viaje, María Santísima de los Dolores y Ntra. Sra. de la Merced (Los Judíos - Huelva) por su admirable colaboración.
Gracias a nuestros amigos de la Capilla Musical Gólgota por su humildad y humanidad con la Cofradía.
Gracias a la Banda de Carrión de los Céspedes por su comprensión y compromiso.
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Gracias a todos de verdad, en estos momentos es cuando una Hermandad siente a sus hermanos.
Que la Virgen de los Dolores nos acoja en su Santo regazo
el Cristo de la Buena Muerte nos de fuerzas para seguir trabajando
y que Cristo Yacente tranquilice a nuestros taciturnos corazones
Fdo.: M.M.M.
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